Ya sé que es medio tarde para hablar de navidad y año nuevo, pero me puse a escribir otra entrada y me acordé de algo que tendría que haber escrito un poco antes. Esta vez no es algo que me molesta pero que me resulta curioso.
Es bien sabido que en las fiestas se dan un sinnúmero de situaciones que se repiten año a año, como la discusión de dónde pasaremos el 24 y dónde el 31. Aunque lo que me interesa en este caso es algo más sutil pero que siempre esta ahí: la evaluación que hacemos todos los años sobre la cantidad de fuegos artificiales y petardos que se tiraron en la fiestas pasadas y la comparación posterior con los que se tiraron en las actuales.
Quién no escuchó a alguien cada año decir algo como "El año pasado me parece que se tiraron más" o "seguramente están guardando para tirar todo en año nuevo"?
Cierto es que, a menos que trabajemos en una empresa que fabrica pirotecnia, nadie lleva una estadística o un registro de la cantidad usada en los últimos años. Sin embargo, como si sentenciáramos que todo tiempo pasado fue mejor, todos los años afirmamos que, durante éste, el uso de la pirotecnia disminuyó en mayor o menor grado basados en vaya uno a saber qué datos.
Pero la frase está ahí presente todos los años, tan firme como la ensalada rusa o el vitel toné empujándonos, quizás, a disfrutar de las fiestas de este año porque el año que viene, seguramente, se van a tirar menos petardos.
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